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Es divertido descubrir nuestros superpoderes, pero también podemos desarrollar y dominar otros nuevos. En su trabajo y sus vidas, las personas se subutilizan pero pueden desarrollar fácilmente la mejor fuente de energía de todas: ser más proactivos. Mucho más que un cliché: “Yo (o nosotros o ella o él) deberíamos haber sido más proactivos”: la acción es el camino que crea mejores futuros o al menos evita o suaviza los efectos de los malos futuros.
Lo que realmente es proacción
Vale la pena ver a Proaction como un superpoder porque es el “posible” que 1) detecta y evita problemas, 2) identifica, busca y captura oportunidades, y 3) crea un nuevo futuro deseado, personalmente elegido, a través de un cambio estratégico de trayectoria.
El comportamiento proactivo es distintivo y vital porque la mayoría de lo que hacemos es bastante pasivo y está dictado por hábitos y rutinas pasadas, circunstancias y presiones actuales, o sesgos que apoyan el status quo y nos mantienen en un camino familiar. La interacción, por lo tanto, difiere notablemente de nuestros comportamientos más comunes. Cuanto más significativo sea el cambio de trayectoria que intente, y cuanto más sustancial y amplio sea el impacto a lo largo del tiempo, más proactivas serán sus acciones.
La mayor parte de la investigación sobre este tema (la mía y la de otros) se publica en revistas de gestión y comportamiento organizativo, pero recientemente se ha extendido a otros campos y se ha identificado como un “elemento faltante” en la literatura de la personalidad.
Las personas varían en la fuerza de sus tendencias para comportarse de manera proactiva, pero no es un rasgo fijo. Proacción es un conjunto de comportamientos que cualquiera puede ejecutar, al decidir hacerlo y saber lo que implican. Por lo tanto, las posibilidades son infinitas, sujetas a la cantidad de pensamiento y esfuerzo que las personas ponen en ello.
Proacción es lo que impulsa el cambio constructivo. Es esencial para el éxito de la autogestión, el liderazgo y el espíritu empresarial, e incluso para abordar y resolver los desafíos globales de la sociedad.
Beneficios personales de proacción en el trabajo
Desde que Mike Crant (ahora en Notre Dame) y yo publicamos una escala que mide la tendencia de una persona a comportarse de manera proactiva en 1993, mucha teoría, investigación y evidencia han revelado las consecuencias netas positivas de comportarse de manera proactiva.
Para las personas, ser proactivo se relaciona positivamente con el desempeño laboral, el desempeño del equipo, el éxito profesional (satisfacción profesional, pago y avance) y el bienestar psicológico. La proactividad también predice mejores resultados como líder y en actividades empresariales.
Al conocer el poder de proacción para lograr resultados y bienestar personal, puede concentrarse en cambiarse a sí mismo o cambiar cosas fuera de sí mismo. Puede enfocarse en sus propios comportamientos, por ejemplo, fortaleciendo sus tácticas de liderazgo o hábitos de trabajo, o su desempeño laboral, su estado general de salud o estrés laboral. O bien, puede dirigir su proacción a sus circunstancias (por ejemplo, cambiar de trabajo, mejorar el entorno laboral, liderar el cambio estratégico y comenzar una nueva empresa) u otras personas (por ejemplo, coaching, tutoría, trabajo en equipo o rendimiento).
Por supuesto, ser proactivo puede ser arriesgado. Es posible que su jefe no quiera que usted bote el bote o emprenda nuevas iniciativas, o que los objetivos de sus esfuerzos proactivos puedan ser inapropiados, o que la ejecución sea un fracaso costoso. La acción efectiva requiere pensamiento estratégico y ejecución sabia.
No te sorprenderá cuando te diga que, lamentablemente, hay mucha mala ejecución en el lugar de trabajo y más allá.
Principios poderosos de la proacción
Teniendo en cuenta nuestra definición, todos los comportamientos proactivos:
(Aquí hay un enlace que proporciona una introducción más completa y ejemplos adicionales.)
Más específicamente, aquí hay algunos principios fundamentales a seguir:
Pausa aquí para pensar en lo que los humanos necesitan. En el trabajo y en la vida, las personas quieren autonomía, sentirse competentes y en control, relacionarse con los demás y tener un sentido de propósito y significado. Los comportamientos proactivos se eligen a sí mismos, se dirigen a objetivos a largo plazo personalmente atractivos y se persiguen de manera reflexiva. Cuando agrega a esta mezcla una colaboración auténtica con otros, está 1) participando en un liderazgo real, y 2) empleando un poder que puede satisfacer esas necesidades (a lo largo del tiempo, a largo plazo) para usted y para otros.