Este artículo es el segundo de una serie sobre obstáculos para la meditación. Muchos de nosotros tenemos la intención de meditar con regularidad, sin embargo, nuestro comportamiento real puede ser inferior a la meta. En lugar de quedarse atrapado en la inactividad, el arrepentimiento o la autocrítica, es más constructivo descubrir la naturaleza de la dificultad y abordarla de manera productiva. Este artículo es para personas que tienen dificultad para sentarse durante la meditación.
Obstáculo: no puedo quedarme quieto.
Cada vez que intentas una meditación sentada, te sientes inquieto y nervioso. Es casi como si las hormigas se arrastraran por toda tu piel, ¡por dentro! Casi involuntariamente, te encuentras retorciéndote, retorciéndote y finalmente terminando tu sesión de meditación abruptamente. ¿Suena familiar?
Mucha gente tiene problemas con las meditaciones sentadas, especialmente como principiantes en la práctica. En mi experiencia, estas personas a menudo tienen problemas con la ansiedad o ADD / ADHD, también. La solución es relativamente simple: no te sientas; caminar en cambio.
Clásicamente, la meditación se practica en cuatro posturas: sentado, de pie, caminando y acostado. La idea básicamente es que podemos meditar en cualquier posición del cuerpo. Entonces, en lugar de forzarte a sentarte, un enfoque más compasivo y efectivo es intentar una meditación caminando.
Puedes practicar esto de dos maneras. En primer lugar, puede atender las sensaciones físicas de caminar, como la sensación en las plantas de los pies cuando hace contacto con el piso (y la ausencia de sensación cuando levanta cada pie). Recientemente, me torcí el tobillo, y he sido muy consciente de la sensación en mi pie (principalmente dolor) mientras camino. Cada vez que tomo las escaleras, lo hago lenta, cautelosamente y con atención. Lo que normalmente hubiera sido una experiencia frustrante se ha convertido en una oportunidad más para la práctica.
Segundo, puedes hacer una nota mental basada en tus movimientos físicos. Por ejemplo, puede asistir al proceso de caminar pensando en "izquierda" cada vez que da un paso con el pie izquierdo, luego "a la derecha" cada vez que mueve el pie derecho. Alternativamente, según lo sugerido por el maestro de meditación Joseph Goldstein, podría observar "levantar, mover, colocar" en sincronía con cada paso. Dependiendo del tipo de meditación que estés haciendo, podrías recitar otras palabras o frases con cada paso. Para mí, "paz" y "amor" son dos bonitos.
No necesitamos mucho espacio para hacer una meditación caminando. Puede implicar dar una docena de pasos hacia adelante, dar un giro lento y volver al otro lado.
Entonces, la próxima vez que medites, ¡no te sientas ahí! Levántese, camine y pruebe una de estas sugerencias.
Además, si está buscando otras meditaciones de movimiento, consulte este artículo, 10 formas inesperadas de meditar todos los días, en Greatist por Sophia Breene. Gracias por los consejos, Sophia!