Todos hemos visto que se desarrolla en nuestras propias vidas: estamos enojados por algo, luego sucede algo gracioso, y de repente, al menos por un momento, ya no nos sentimos enojados. Es como si, de alguna manera, lo gracioso que sucedió nos dio una perspectiva muy necesaria sobre lo que sea que estábamos enojados.
Tales situaciones plantean la pregunta: ¿hay valor terapéutico en el humor?
Ha habido innumerables artículos sobre el valor del humor y la risa para la salud psicológica y física. Si bien algunas de las conclusiones pueden ser exageradas, existe una buena cantidad de evidencia para sugerir que el humor y la risa son mecanismos importantes para hacer frente al menos cuando se trata de aliviar la ira.
Primero, sin embargo, un poco sobre lo que las personas encuentran divertido y por qué se ríen:
El humor es un concepto particularmente difícil de discutir y estudiar por una variedad de razones: por un lado, hay diferencias sustanciales en lo que las personas encuentran divertido. Muchos tipos de humor (juegos de palabras, chistes obscenos, bufonadas) no son apreciados por todos, ni siquiera por la mayoría de la gente. Y el contexto importa mucho. La situación -quien contó el chiste, la ubicación, las circunstancias- influye en si alguien percibe algo gracioso o no. Algo considerado hilarante en una situación puede no ser divertido en ninguna otra.
Al final, lo que es gracioso es difícil de definir, aunque una de las mejores definiciones proviene del autor George Orwell, quien escribió en su ensayo de 1945, "Gracioso, pero no vulgar", que "algo es divertido cuando, de alguna manera, no es realmente ofensivo o atemorizante, altera el orden establecido ". En términos psicológicos, las personas encuentran algo gracioso cuando las sorprende y las obliga a pensar sobre las cosas de una manera nueva, y cuando lo perciben como nervioso o atrevido. Sin embargo, una vez que algo se mueve más allá del umbral de nervioso a "ofensivo o atemorizante", que varía de persona a persona, ya no es divertido.
¿Qué significa todo esto para la ira?
Significa que las personas pueden usar el humor para cambiar su estado de ánimo y pensar sobre las cosas bajo una nueva luz. De ninguna manera es esta una idea nueva: Jerry Deffenbacher, uno de los principales investigadores de la ira de la psicología, escribió sobre la importancia del humor en un capítulo de su libro de 1995, Desórdenes de ira: definición, diagnóstico y tratamiento. Deffenbacher argumentó que usar el humor con los clientes en realidad podría considerarse una intervención cognitiva, similar a la reestructuración cognitiva en la que los clientes evalúan los tipos de pensamientos que tienen, lo que podría llevarlos a experimentar más enojo. Él sugiere que, como parte de la reestructuración cognitiva, los clientes deberían intentar repensar las cosas de manera tonta o humorística. Sin embargo, se apresura a señalar que el humor no siempre es la respuesta y que si la gente lo usa, debe asegurarse de que sea tonto en lugar de hostil o sarcástico; y no están diseñados para reírse de los problemas sino para "dar un paso cognitivo hacia atrás, tal vez riéndose de ellos mismos y de sus cogniciones, para reducir su enojo y luego abordar la situación nuevamente" (p.169).
¿Por qué el humor funciona para reducir la ira? En realidad, hay algunas razones simples para los beneficios psicosociales del humor: