Lo que se necesita es un compromiso más profundo para contactar lo que ha estado inconsciente. Son las cosas inconscientes las que atrapan nuestro sentido de identidad y terminan controlando nuestras vidas tanto individual como socialmente. El reto de hacer este contacto honesto es que nos embargan nuestros juicios, nuestros puntos de vista, nuestros estereotipos, nuestros "azules" y "rojos". Ponernos en contacto con nuestros sentimientos reales requiere tomar conciencia de las formas en que creamos distancia.
Charles Eisenstein escribe: "La próxima vez que publique en línea, revise sus palabras para ver si contrabandean en alguna forma de odio, deshumanización, desprecio, menosprecio, división, alguna invitación a 'nosotros contra ellos'. Observe cómo se siente algo bueno hacer eso, como obtener una solución; y observe lo que duele por debajo y cómo no se siente bien, en realidad no. Tal vez es hora de parar ".
Es muy fácil recurrir al modo más primitivo de juzgar. Hace unos ocho años, me comprometí a hacer una pausa para practicar mirando dentro de mí con atención y compasión. Pregunto qué está pasando adentro cada vez que estoy de alguna manera (y por lo general es bastante sutil) derribando a otra persona. Si nos mantenemos en esa mentalidad de culpa y "nosotros contra ellos", no nos relacionamos con sentimientos reales y, bajo ellos, con el espacio de cuidado.
Para llegar allí, tenemos que abrir de juicios y tenemos que tomarnos el tiempo para estar con lo que está aquí dentro de nosotros. Tenemos que pasar por todas las capas de nuestras heridas, miedos y duelos colectivos antes de poder llegar a ese amor muy puro e intemporal, esa conciencia de la que queremos vivir.
Margaret Wheatley dijo: "No hay poder para el cambio más grande que una comunidad que descubre lo que le importa". El camino para descubrir ese cuidado requiere nuestro coraje colectivo: necesitamos pasar de la creencia a la certeza y seguridad de nuestros juicios, y abierto a lo infundado de los miedos. Solo al abrirnos a esta vulnerabilidad podemos habitar completamente nuestro cuidado.
Rumi habla de "viajeros nocturnos" que se vuelven hacia la oscuridad y están dispuestos a conocer su propio miedo. Él dice:
Siéntate con tus amigos
No vuelvas a dormir.
Las aguas de la vida fluyen de la oscuridad.
Busca en la oscuridad No huyas de eso.
Los viajeros nocturnos están llenos de luz; y tú también lo eres
No dejes esta compañía.
Este es el camino del Bodhisattva; y todos estamos en ello. Podemos tener diferentes niveles de autoconciencia, pero todos estamos en ello. Todos quieren amar y ser amados; todos quieren vivir más plenamente. Nuestro camino es abrirnos valientemente a la oscuridad de los temores. Nuestro camino es despertar juntos, nutrir las aguas de la vida de la sabiduría y el cuidado, y llevar sanidad a nuestro mundo.
De: "Juega una parte mayor" – Parte 1 – Bodhisattva para nuestro tiempo – una charla dada por Tara Brach el 16 de noviembre de 2016.
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