Obstáculos y oportunidades para la lucha de Trump contra los opioides

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¿Cómo será la lucha contra la adicción a los opiáceos bajo el presidente Trump? Aunque el presidente electo aún no ha designado al Secretario de Salud y Servicios Humanos, que heredará esta crisis de salud pública, Trump y su equipo de transición han estado discutiendo posibles estrategias desde su histórica elección hace apenas dos semanas. Cuando faltan menos de 60 días para que su administración comience a manejar el país, esta es la estrategia del presidente Trump para acabar con la adicción a los opioides y los obstáculos que enfrentará en el camino.

Un desafío político que Donald Trump no tendrá que enfrentar es el compromiso. Por primera vez desde que el presidente Obama fue elegido en 2008, la Casa Blanca, el Senado y la Cámara de Representantes serán controlados por los republicanos. Esto significa que Trump puede esperar el apoyo total del partido para cualquier iniciativa legislativa que proponga para luchar contra la epidemia de opioides a nivel federal. Los republicanos están bien posicionados para tener un gran impacto en los recursos de adicción y recuperación en este país sin tener que comprometerse con sus oponentes políticos.

Como Trump a menudo habló sobre la campaña electoral, una de sus primeras iniciativas como presidente probablemente será la derogación de Obamacare, o al menos hacer revisiones importantes a esa legislación. Si bien Trump dijo recientemente en entrevistas que mantendrá ciertos aspectos de la Ley de Cuidado de Salud Asequible, la base de votantes de Trump, así como los Senadores y Representantes republicanos probablemente trabajarán duro para mantenerlo en su promesa inicial. La denegación de Obamacare y los recortes de Medicaid que probablemente se produzcan más tarde dificultarán que los estadounidenses más pobres reciban los servicios de tratamiento de la adicción que necesitan, lo que en última instancia disminuirá la capacidad de nuestro país para poner fin de manera efectiva a la epidemia de opiáceos.

Puede ser una historia diferente si los republicanos financian la Ley integral de adicción y recuperación (CARA). El proyecto de ley fue promulgado por el presidente Obama el verano pasado pero, de acuerdo con el proceso de apropiaciones del Congreso, no se financiará por completo hasta el año fiscal 2017 del gobierno. Si CARA está completamente financiado, y hay apoyo bipartidista para hacerlo, servicios de recuperación importantes como el tratamiento asistido con medicamentos, mejor conocido como terapia MAT, en teoría estarán más disponibles. La forma en que las personas se conectarán a estos servicios sin seguro médico queda por verse.

Donald Trump está situado para hacer una gran mella en la crisis de adicción a opiáceos en los Estados Unidos. Con respaldo pleno del Congreso y calidad, legislación bipartidista lista para ser financiada, Trump tiene todos los recursos posibles a su disposición. En nombre de los millones de estadounidenses que luchan contra la adicción a los opiáceos, solo podemos esperar que esta ayuda llegue más pronto que tarde y a un precio que todos puedan pagar.