Me he preguntado si es mi propio sesgo de confirmación o si de hecho veo más caras que muestran signos de estrés, enojo, preocupación, actitud defensiva y ofensiva. Creo que lo que estoy viendo es el impacto de la destrucción política, económica y social con las experiencias consiguientes que nos desgastan, poco a poco.
Puede ser la exposición a los ciclos de noticias en curso; informes de radio; periódicos o titulares de Internet; interacciones día a día; conversaciones con amigos y colegas; o cualquiera de la multitud de recordatorios que pueden filtrarse en nuestra existencia diaria creando una discordia interna (y por supuesto externa).
Y no subestimemos cómo el tenor de los tiempos nos impacta a diario. Hemos ingresado a una existencia de "Alicia en el país de las maravillas" en la que las noticias diarias hacen que uno se sienta al revés o al revés. He encontrado algunas de las estrategias que siguen para crear un poco de espacio en mi cabeza que me permita navegar en estas aguas difíciles y, a veces, arreglar mejor las cosas por mí mismo.
Al tratar de recordarnos a nosotros mismos la importancia de seguir una vida buena y significativa, nos movemos hacia un ser más saludable. También terminamos trayendo a nuestras vidas a aquellos que están orientados de manera similar. Tener una tribu de tales amigos le da a uno una mayor sensación de solidez en un mundo en el que demasiado está sucediendo demasiado rápido en una dirección que no siempre es constructiva.
No podemos ignorar nuestra humanidad. Tampoco podemos aceptar el desaliento como una forma predeterminada de estar en el mundo. Debemos continuar trabajando valerosamente y diligentemente hacia la búsqueda del bien y el sentido en la vida.