¿Alguna vez se ha preguntado por qué su hijo de siete meses se arrastra repetidamente hacia el interruptor de la luz aunque la levante y diga que no cada vez? Al igual que otros padres, puede sentirse muy frustrado. Cuando los niños no escuchan, los padres se preocupan de que su hijo tenga algún problema o de que hayan fallado como padres. Comienzan a etiquetar a su hijo como hiperactivo, malo o voluntario. Esto establece desafortunadas líneas de batalla y conduce a frecuentes conflictos en la relación. Desafortunadamente, los padres no están conscientes de que su hijo solo está siendo un niño que representa algunos problemas de desarrollo.
Los padres deben aprender los problemas fundamentales de desarrollo que subyacen al comportamiento de sus hijos. Una vez que tienen este conocimiento, pueden responder de manera más efectiva. En este caso, el problema es que los niños pequeños tienen curiosidad natural. Están enamorados de la vida y emocionados por todo lo que ven. Nos damos cuenta de esto desde el principio cuando nuestro pequeño bebé mira sin fin a las partículas de polvo iluminadas por el sol. Cuando los niños se vuelven ambulatorios, parten con la misma emoción para explorar el mundo. Su curiosidad innata los lleva a sentirse cautivados con un cable de lámpara retorcido o excitados por una maceta llena de suciedad. Si consideramos que la curiosidad conduce al niño y no le damos otros significados negativos a este comportamiento, podemos relajarnos y manejar el comportamiento de manera más efectiva. El objetivo al tratar con su hijo en esta etapa es mantenerlo a salvo, mientras apoya su entusiasmo sobre el mundo. También es crucial evitar avergonzarlo por actuar como un conejito energizador, también. Él simplemente es impulsado por sus impulsos y no puede detenerse. Aquí hay algunos pasos a tomar con niños pequeños para lograr estos objetivos.
A prueba de niños su hogar. Cualquier objeto al alcance de su hijo será un juego de exploración y batallas constantes. En su lugar, retire su maceta y reemplace su mesa de vidrio. Saque estas posesiones más tarde cuando su hijo sea mayor y pueda comprender los límites.
Establezca límites de manera positiva. Cuando su hijo gatee hacia la estufa por décima vez, diga "No" con voz fuerte y recójalo. En última instancia, aprenderá que desaprueba este comportamiento y con el tiempo, podrá detenerse a sí mismo.
Dale una razón. Puedes decirle: "Hace calor. Puedes lastimarte ". En definitiva, los niños responden mejor si saben que hay una razón para un límite.
Usa límites físicos. Una puerta de seguridad puede evitar que su hijo se caiga escaleras abajo o lo mantenga fuera de la cocina cuando está cocinando.
Brinda oportunidades para una exploración segura. Si su hijo quiere subirse a una silla pero ella es demasiado pequeña, puede decir: "Sé que eres curioso y te encanta escalar, pero esto no es seguro". Puedes distraerla colocando algunas almohadas en el piso para ella para subir.
Es muy importante ser paciente con su hijo. Con el tiempo, mientras establece límites con él, internalizará su voz, desarrollará un mejor juicio y ganará el autocontrol.