A medida que los sistemas educativos de todo el mundo lidian con los problemas de la salud mental en las escuelas, es evidente que ha aumentado el interés por el bienestar dentro de la educación en los últimos cinco años.
El campo de la educación positiva ha experimentado un crecimiento particular. La educación positiva es un término general usado para describir intervenciones y programas empíricamente validados de la psicología positiva que tienen un impacto en el bienestar del estudiante (White, 2014).
Este desarrollo mundial ha sido impresionante. Cada vez más juntas escolares, responsables de la toma de decisiones, líderes y maestros participan en todo tipo de sistemas educativos y sectores para mejorar su oferta.
Recientemente, publiqué sobre las limitaciones que enfrenta el campo y sugerí una estrategia futura para investigación y desarrollo. Lo hice en parte por frustración, dado el alto nivel de animación dentro del movimiento de educación positiva (White, 2016; White y Murray, 2015; White, 2015).
En 2015, mis colegas del Centro de Psicología Positiva de la Melbourne Graduate School of Education en la Universidad de Melbourne, el Dr. Reuben Rusk y el profesor Lea Waters, completaron un metaanálisis de 18.400 estudios de psicología científica publicados en un período de 18 años. examinar las áreas de funcionamiento positivo que conducen al bienestar (Waters et al, 2016).
¿Qué encontraron Rusk y Waters? Su análisis ha revelado seis caminos científicamente informados hacia el bienestar:
La investigación de Rusk y Waters (2015) es importante para los educadores. A medida que el campo de la educación positiva ha crecido, ha habido una demanda exponencial de parte de los maestros por los programas y actividades en el aula. Cada vez más, he visto muchas escuelas, que insisten en que ofrecen 'bienestar'. Señalan un póster brillante con el modelo 'PERMA' de Seligman y luego resaltan algunas actividades dentro de la escuela, muy a menudo con evidencia limitada o nula de impacto, solo un informe de que las escuelas se sienten bien y funcionan bien.
Muchas de estas escuelas con toda razón desean el resultado del bienestar para sus comunidades. Sin embargo, vacilan cuando se les pregunta sobre las vías que han adoptado para lograr este resultado.
Este problema está en el corazón de la educación positiva y la práctica profesional. Soy escéptico de que estas escuelas tengan un impacto real en el bienestar dentro de su comunidad. En su peor aspecto, es una vitrina. Muchos se están concentrando en programas de entrenamiento que parecen no tener evidencia detrás de ellos. Las escuelas deben ser más exigentes con la "capacitación" y preguntar:
¿Cómo se verá Positive Education 2.0?
Si los líderes escolares no adoptan un fuerte enfoque estratégico en el bienestar, con un objetivo claro, objetivos claramente articulados y políticas mensurables para alcanzarlos con el mismo nivel de rigor que los académicos, están desviando potencialmente valioso tiempo, esfuerzo y recursos humanos (White, 2014; blanco, 2015).
Entonces, la próxima ola está sobre nosotros: Educación Positiva 2.0. Yo sostengo que la Educación Positiva 2.0 se basará en tres características: 1) fuerte enfoque estratégico, 2) prácticas científicamente fundamentadas y 3) programas basados en evidencia:
Estrategia
Programas
Práctica
Por último, la próxima etapa de Positive Education 2.0 se definirá por medio de vías científicamente fundamentadas. Hacer lo contrario sería una inversión imprudente.
Un paso significativo hacia la Educación Positiva 2.0
La investigación del Dr. Reuben Rusk y el profesor Lea Waters es una guía importante en el desarrollo de Positive Education 2.0. Este trabajo es imprescindible para informar a los responsables de la toma de decisiones sobre cómo intervenir dentro de los entornos escolares (Waters, 2015). Este es el siguiente paso en el desarrollo de intervenciones y programas empíricamente validados de la psicología positiva que tienen un impacto en el bienestar del estudiante, será un mayor enfoque en la "práctica docente" con vías científicamente informadas para el bienestar (Waters et al., 2016).
Creatividad, emprendimiento e innovación
Definir educación positiva es un término general usado para describir intervenciones y programas empíricamente validados de psicología positiva que tienen un impacto en el bienestar del estudiante (White, 2014). Al ingresar a Positive Education 2.0, el campo requerirá un mayor enfoque en la integración de las razones filosóficas para adoptar una educación positiva y una práctica científicamente informada.
En el horizonte veo que la Educación Positiva 2.0 abarca las habilidades básicas de aritmética, alfabetización, las habilidades técnicas para el empleo y, luego, una mayor atención en las capacidades emprendedoras. Habrá un mayor enfoque en la estrategia, la práctica y luego los programas. Sin embargo, estos deben incluir ahora los temas de creatividad, iniciativa empresarial e innovación para realizar plenamente la visión audaz de la psicología positiva definida por Seligman y Csikszentmihalyi (2000).
Referencias