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Sé que todos los padres quieren lo mejor para sus hijos. Todos lo hacemos. Y sé que criamos a nuestros hijos de acuerdo con lo que creemos que es la manera correcta, pero a veces también sabemos que no es suficiente. El padre perfecto no existe en la vida real y, por lo tanto, necesitamos algún tipo de guía interna en la que podamos confiar. Algo que nos hará sentir confiados de que estamos haciendo las cosas bien.
Una preocupación natural
Ayer, tuve una maravillosa conversación con una joven de nueve años en mi consulta privada. Ella vino a verme porque sus padres estaban seguros de que les ocultaba algo. Estaban aterrorizados. Y estaban convencidos de que ella ya había comenzado a mentirles, porque estaba contando historias extrañas sobre algo que había hecho, aunque sabían que no lo había hecho. Cuando me reuní con ellos al principio, eran muy escépticos y básicamente tenían miedo de haber hecho todo mal como padres. Que estaban a punto de crear un monstruo mentiroso que no podrían controlar.
Les pregunté qué sabían sobre su hija, no todas las cosas por las que estaban preocupados o preocupados, sino que les pregunté si podían decirme algo sobre lo que ella disfrutaba y valoraba más. Ambos me miraron y se pusieron muy emocionados. Se sentían inseguros y nombraron un par de cosas, que recientemente había encontrado divertidas, pero que no podían decir con certeza.
Durante mucho tiempo no le habían preguntado ni prestado atención a lo que estaba sucediendo en su vida. Debido a su ajetreada vida diaria, daban todo por sentado y nada había cambiado. Enseguida pudieron ver que se habían perdido algo: que no le habían prestado la atención necesaria y que su vida laboral le había quitado la mayor parte de la energía y el tiempo.
Estuvimos de acuerdo en que debería hablar con ella y ver si había algo preocupante además de lo que se habían dado cuenta de inmediato.
Esta pequeña bella alma
Y allí estaba ella frente a mí, una chica inteligente y valiente. Ella me dijo que se sentía muy sola y que había creado su propio mundo de pequeñas criaturas, que se había convertido en su familia. Era solo una familia que ella visitó cuando sus propios padres estaban demasiado ocupados para notarla. La familia que ella había creado le llamó mucho la atención, y siempre crearon hermosos “momentos de higiene” con mucha unión y diversión. Ella se sintió importante al entrar en este mundo imaginario.
Básicamente, entendí que echaba de menos el amor y la atención de sus padres, que no podía expresar con palabras. En cambio, se estaba consolando a sí misma: descubrió los valores más importantes de su vida e hizo una familia donde se sintió segura y a salvo.
La presencia es todo
¡Los niños son inteligentes y saben cómo sobrevivir! Todavía me sorprendo cada vez que experimento momentos tan increíbles con niños. La niña acaba de decirme exactamente cómo fue para ella. Pura honestidad
Nuestra mente humana es brillante y si les damos a nuestros hijos un poco de nuestra genuina atención y presencia, sabremos dónde se encuentra nuestra guía interna. ¡En nuestros corazones!
A veces olvidamos que la crianza es algo que requiere nuestra atención por completo, todos los días. No tiene que llevar más tiempo que un corto tiempo, pero nos abrirá el corazón y nos dará la sabiduría necesaria para permanecer firmes y fuertes como padres.
Un período completamente presente de atención de mamá o papá llenará el vaso de soledad y hará que su hijo se adapte mejor. No necesariamente piense que es algo que tiene que apresurarse; hágalo también como un momento de higiene para usted. Descubrirás que no solo trae más paz a la vida de tus hijos, sino que también te hace sentir como un mejor padre.