La suave técnica meditativa de la atención plena se ha utilizado para tratar una variedad de trastornos psiquiátricos y médicos. Se ha descubierto que la atención plena disminuye el estrés, la depresión, la ansiedad y el agotamiento en los adultos. También se usa para tratar enfermedades autoinmunes como la enfermedad de Graves y la fibromialgia.
La atención plena se introdujo formalmente como una intervención médica en 1979, cuando Jon KabatZinn comenzó su programa de “Reducción del estrés basado en la atención plena” en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Desde entonces, cientos de centros médicos, hospitales y clínicas de todo el mundo han adoptado la atención plena para reducir el dolor y el estrés en los pacientes.
Debido a que la atención plena puede promover habilidades que se controlan en la corteza prefrontal del cerebro, como la capacidad de enfocar y concentrar, es especialmente útil para los niños. Según Bobby Azarian, autor de The Mindful Child , “Los principios fundamentales de la neurociencia sugieren que la meditación puede tener su mayor impacto en la cognición cuando el cerebro se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo”.
Hoy en día, la práctica de la atención plena se ha incorporado cada vez más en las aulas de primaria y secundaria para apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes. Un estudio reciente, publicado en la revista Mindfulness en junio de 2018, mostró resultados especialmente buenos con adolescentes de 15 a 18 años.
Hay un montón de rumores acerca de la atención plena en la cultura actual saturada de tonos de llamada. Pero la atención plena es en realidad una técnica antigua de curación y promoción de la felicidad que se remonta a las enseñanzas del Buda durante 25 siglos.
Para todo el bombo, la práctica de la atención plena es muy simple. Es simplemente prestar atención a las percepciones de uno en el momento presente sin pensar, analizar o juzgar. Es atención desnuda, una conciencia tranquila del propio cuerpo en el espacio. La filosofía budista lo llama “conciencia lúcida”.
Aquí hay 7 formas basadas en la evidencia de que la práctica de la meditación consciente puede ayudar a los niños a:
La atención plena no tiene nada que ver con los conceptos o el pensamiento. Esto puede ser difícil de entender para los padres de hoy con el énfasis en el aprendizaje conceptual en nuestro sistema educativo. La atención plena no puede ser “enseñada” como las matemáticas o la ciencia. Solo puede ser modelado y guiado por un maestro o incluso por los padres. Los resultados positivos de la atención plena en la salud mental infantil son un buen argumento para que los padres se tomen el tiempo de aprender este antiguo arte y lo practiquen con sus hijos.
Referencias
Carsley, D. et al 2018. Mindfulness, volumen 9, número 3,
Efectividad de las intervenciones de atención plena para la salud mental en las escuelas: un metanálisis integral
Singh, N. et al 2016. Mindfulness , febrero de 2016, volumen 7. Efectos de la Meditación Samatha sobre el compromiso académico activo y el rendimiento en matemáticas de estudiantes con déficit de atención e hiperactividad.